Bienvenidos a El Tinglado, el punto de encuentro del puerto de Sant Feliu de Guíxols.
Un espacio abierto a todo el mundo, donde el ritmo del mar se mezcla con la calidez de un ambiente histórico y acogedor.

La historia que rodea y da vida al edificio de El Tinglado.

El puerto de Sant Feliu de Guíxols tiene sus orígenes en 1904, cuando el Rey Alfonso XIII colocó la primera piedra. Durante estos trabajos se descubrió el poblado ibérico de los Guíxols, y los hallazgos arqueológicos realizados por el archivero y arqueólogo Eduardo González Hurtebise se convirtieron en el embrión del actual Museo de Historia de Sant Feliu de Guíxols. La construcción del puerto se prolongó hasta 1918.

En 1916, la compañía del ferrocarril solicitó permiso para construir un enlace ferroviario entre el puerto y la estación central de Sant Feliu de Guíxols. Las obras, iniciadas en 1918, finalizaron en 1924, momento en el que se puso en marcha el ramal del puerto.
En paralelo, la compañía ferroviaria construyó un almacén o Tinglado, con unas dimensiones de 60 metros de largo por 12 metros de ancho, por un coste de 26.971,16 pesetas. Este almacén estuvo en uso hasta 1969, año en el que se clausuró la explotación del tren y fue derribado.

Con el aumento del tráfico de mercancías, se hizo evidente la necesidad de un nuevo Tinglado. En 1933, la Dirección General de Puertos aprobó su construcción con un presupuesto de 77.687,45 pesetas. Las obras empezaron en 1934, pero justo antes de su inauguración, durante la Guerra Civil, el edificio fue bombardeado. Su reconstrucción se prolongó hasta 1943, cuando finalmente entró en funcionamiento.

Este nuevo almacén se utilizó principalmente para almacenar minerales de espantofluor procedentes de las minas de Osor (La Selva) y blenda, un mineral de sulfuro de zinc. Para facilitar las operaciones de carga y descarga, se instalaron grúas, la primera en 1958. La actividad comercial del puerto finalizó en 1996, momento en el que se retiraron las últimas grúas y se reconvirtió el espacio para uso deportivo y recreativo.

Actualmente, el Tinglado es uno de los elementos más emblemáticos de la Ruta del Carrilet, gestionada por el Consorcio de las Vías Verdes (2003). Esta iniciativa tiene como objetivo promocionar, mantener y gestionar los cuatro trazados existentes en la provincia de Girona:
– Sant Feliu de Guíxols – Girona
– Girona – Olot
– Ruta del Hierro y del Carbón (Ripoll – San Juan de las Abadesas – Ogassa)
– Ruta del Tren Petit (Palamós – Palafrugell)

Estas rutas aprovechan los antiguos trazados de los carrilitos de vía estrecha instalados en la provincia de Gerona a finales del siglo XIX.
En total, suman 125 km de recorrido que se pueden disfrutar tanto a pie como en bicicleta conectando los Pirineos con el Mediterráneo.